sábado, enero 03, 2009

A PETICION DE ANTI-CABAÑA



SE BUSCA A FERNADO POLO AGOTE



Como Portavoz de la Plataforma de Aficionados, como miembro corruptor de La Cabaña Brava y como asesor de Ignacio Zorita, a fin de que de cuentas del transcurso de la feria.


LA CONCIENCIA DE FERNANDO POLO


Reproduzco de nuevo el articulo de Fernando Polo en el cual se afirma que las mujeres de Gelsa son mas que ligeras de cascos, ademas es bueno reuperar esta memoria historica ahora que Polo en ejercicio de su flamante cargo de Gerente se apresta a viajar a Gelsa para dedicar unas palabras a sus habitantes, si la dignidad de los mismos no les hace correrlo a gorrazos o pedradas.

"COMENTARIO DE F. POLO SOBRE NUESTRO RECORRRIDO GANADERO

El 23 de marzo, domingo de resurrección, comenzó nuestro anhelado viaje ganadero. Siete intrépidos aficionados nos juntamos a las 7:00 horas de la mañana en la calle San Ignacio de Loyola, para emprender juntos nuestra ruta prevista por buena parte de la reserva brava. Miguel –a pesar de tener recién estrenada a su chiqueta-, Emilio y Luisa, Félix, Jacobo, Eladio y quien esto relata. En dos vehículos, por eso de llevar todoterreno para movernos por las fincas, partimos rumbo a Sevilla.

Primera parada, en Alcolea, para echar el almuerzo de rigor. Allí coincidimos con varios aficionados conocidos que iban a ver la corrida del domingo de resurrección en Madrid. Al pasar por Barajas, Emilio me cuenta la admiración de Jacobo por los aviones. Desde entonces y durante todo el viaje, el coche de Félix pasó a denominarse “el de los aviadores”. Más adelante, una cañita en la obligada parada en Casa Pepe de Despeñaperros. Allí me aprovisioné de material facha, para eso de hacer algún regalito gracioso. Lleno lo tenía el tío, oigan. ¡qué filas!. Si estamos más de lo que parece…

Llamada de un amigo, que no sabía “que se bajabais este domingo” y para desearnos “que sus lo paséis mu bien”. Ya cerca de Córdoba, comimos junto a la carretera. Yo, un secreto ibérico para ir entrando en materia. No estamos para perder el tiempo.

A media tarde, llegamos a Sevilla. Una vez depositados los estarimbeles en el hotel, duchados, perfumados y alguno bien cagado, Jacobo nos repartió los pitones que él mismo se encargó de afeitar el día anterior, para llevarlos a la salida del tradicional festejo en la Maestranza. Ya casi llegando, en una callejuela paralela a la calle Adriano, detrás de la Plaza de Toros, primera aparición insospechada: delante de nosotros, Juan Pedro Domecq con Manolo Cortés. ¡Vaya visión nada más aterrizar!. Emilio, agachándose delante de Juan Pedro con el pitón en la mano sorprendió al ganadero que, al ver el pitón, se echó mano al bolsillo, por si era suyo.

Tocaba echar unas cervecitas en los aledaños de la Maestranza, antes de ir al Góngora a degustar buen jamón, cazón en adobo, puntillitas, pescaditos y sus famosas tortillas de camarón. Después, una estación en Casa Romero para catar su pringá. Y de postre, un pastel regado con café y copa, en el Alabardero. Un rocecillo matrimonial mermó la concurrencia, que nos despedimos hasta el día siguiente con un último gintonic en La Alfalfa, cerca del hotel.

El lunes fuimos por la mañana a Bucaré. Nos recibió Javier Buendía, que había quedado con su abogado en Sevilla a última hora de la mañana para intentar solucionar su problema. Ojalá salga todo bien, porque se lo merece y porque los aficionados nos lo merecemos también. Nos enseñó con detalle la camada de novillos de este año: 42 novillos, entre los que destacaban, obviamente, la novillada de Ceret y las dos que lidiará en Las Ventas el 26 de abril (lástima de coincidencia con nuestra concurso) y una nocturna a mitad de junio. La pena es que este año está más justa de cara la camada, y tampoco salen más novilladas de primera. Eso fue lo que nos dijo el año pasado en Arnedo, y el motivo fundamental de nuestra apuesta por La Rehuelga. Todo queda en casa, y Rafael nos aseguró que tenía una gran novillada para Zaragoza. Y como Zorita madrugó, Dios le ayudó y llegó antes que Florito.

A la una se marchó Javier, con quien no pudimos comer por su lío, y se nos ocurrió llamar a Zorita para que nos facilitase el acceso a la dehesa Frías, donde pastan los toros de doña Dolores Aguirre, para ver la corrida del Pilar. Dicho y hecho, Ignacio hizo la gestión y nos comprometimos con Fernando, el mayoral, para después de comer. Paseo hacia Constantina, pasando por Camas y La Algaba, el comienzo y el fin del mito, por Cantillana, el pueblo de “Monili”, pasando cerca de Yerbabuena, paramos a comer en El Pedroso. Emilio y yo le arreamos buen repaso a los riñoncitos, para disgusto de Félix. Emilio apostó por la presa ibérica y yo por el guiso de venado. ¡Para chuparse los dedos!.

Camino de Lora del Río, tomando el desvío a la dehesa Frías, llegamos a la finca de doña Lola. Un telefonazo y apareció el mayoral. Nos enseñó los distintos cercados en los que tenían los toros del 4 de mayo en Alés, ocho para Madrid en San Isidro, nueve para Pamplona y siete para Zaragoza, de los que sólo pueden valer dos: uno colorao y el 32 negro. Claro que, con los tres más dos que queden de San Isidro y Pamplona, puede salir una buena corrida para Zaragoza sin problemas. Conforme pasábamos de cercado a cercado, cientos de conejos saltaban por todos los lados. ¡Locos se volvían Emilio y Miguel!. Después de la visita, estuvimos un rato de conversación con el mayoral. “¿Se gusta pa los maños?”. “Se gustará, se gustará, digo yo”. Emilio pactó el regreso para cazar conejos. Yo creo que eso no tiene gracia. Es como cuando a Franco le pasaban los ciervos a diez metros o le enganchaban el salmón al anzuelo. ¡Mira tú que divertido!.

Volvimos tranquilamente para Sevilla, a repetir las delicias del Góngora. Ahí nos contó Miguel, con todo lujo de detalles, sus innumerables conquistas amoroso-sexuales, que incluyen a “la Jabalí” y a “la Cebolleta”, y sus habilidades con la estronzadora y el taladro del 25. Nos contó el truco: tú te esperas a las 7:00 horas de la mañana, y a partir de entonces, le arreas a todo lo que se menea y a triunfar. Así ha caído más de medio Gelsa. Acojonante.

Y antes de volver al hotel, cayeron un par de copitas en la taberna “Quitapesares”, con el famoso Pepe “Peregil”, que nos dio una velada de cante y risas inolvidable. Nada más entrar, ya preguntó a Miguel por la chiqueta. Nos envió un recado para Becerril, para su posible actuación en la Expo, arremetió contra Chaves, hablamos de Queipo de Llano, enterrado en “su” Macarena, soñó con “otro pequeño militar en Ceuta que solucione esto”. Hablamos de Curro, de quien “siempre se hablaba al día siguiente, fueraa bien, o fuera mal”. Y el momento cumbre: entra un japonés medio bolinga, con el ABC en la mano, donde se publicaba ese día una entrevista suya en la que nombraba al “Peregil”. Y éste le echa el siguiente saludo: “Tu padre kamikaze, tu abuelo samurai y tú, borracho”. Y el japonés le responde: “¿Sabes cómo se dice cabrón en Japonés?: “Perejil”. Más cante, más copas y más risas. Inenarrable. Para vivirlo.

El día 25 nos fuimos a “La Rehuelga”, donde habíamos quedado con Rafael para ver la novillada que salió de una comida en el “Virrey” a principios de octubre, en la última novillada de la feria del zapato de oro de Arnedo, precisamente de Bucaré. Pedazo de novillada. En principio, reseñados el 18 (que estuvo a punto de dejarlo de semental y echarlo a las vacas), el 29 (un tío de ovación de salida), el 16, el 12, el 22 y el 23. A Jacobo le gustaba mucho el 26, que tampoco está descartado para la novillada. Después dimos un paseo por “Mauthausen” y después de ver la casa, fuimos a comer a un restaurante donde trabaja un negrito que se llama Zacarías, y que está casado con la hermana de “la Inma”, la de Gran Hermano que se casó a su vez con Pedro, el rústico maño del PAR y de los animales de granja. Lo más curioso es que los dueños del restaurante tienen una ganadería y estaba de mayoral el tal Zacarías. ¡Verlo para creerlo!. Las risas de la comida fueron también antológicas. Este Rafael es un chufla y un guasón de cuidado. Su ironía y maldad, con la mía, hicieron buen dúo. Allí pelamos hasta al apuntador, eso sí, con mucha gracia, y con un arroz con faisán de morirse. Cuando se enteró Rafael de la jugada que le habíamos hecho para pagar nosotros la comida, casi nos la lía.

Después de comer, partimos rumbo a la finca de Fuente Ymbro. Nada más llegar, paramos los vehículos junto a la casa del mayoral y tras diez minutos de espera vimos aparecer un porche todoterreno arreando para arriba y para abajo. “¡Ya está ahí Gallardo!”. Nuestro gozo en un pozo. Al pasar a nuestro lado adivinamos en el asiento del copiloto a un tal Julián López. “Buenoooo…”. Bajó Gallardo del coche, nos saludó a distancia mientras entraba en la casa del mayoral y nos dijo que Alfonso nos enseñaría el toro de la concurso.

Cinco minutos después, apareció Alfonso y nos llevó a ver el 105, “Malicioso”, que es el inicialmente previsto. Es un toro grande, basto de hechuras, pero no tanto como el del año pasado. Si lo que lleva dentro es parecido… Luego, al otro lado, nos llevó a ver otros toros en otro cercado, entre los que estaba el 113, “Lanudo”, que es el que tienen de reserva para la concurso, con más cara, pero más feote. Ahí estaba también el famoso 83, que como bien nos apuntó el mayoral, no ha desarrollado y no sirve para Zaragoza, ya que escasamente pesaría 420 kilos. También vimos un par de toros posibles para El Pilar, uno de ellos muy guapo, burraco, el 104. También vimos uno bonito, el 66, previsto inicialmente para Pamplona y el 100 para Madrid, famoso por unas fotos en la revista “Aplausos”. De vuelta, de nuevo para arriba y para abajo echando humo el porche de Gallardo, nos cruzamos con él y le preguntó al mayoral, muy nervioso, dónde estaba el 176. Preguntó si nos gustaba el toro elegido y se lamentó por el 83. “Claro, como sólo os gustan los elefantes con muchos cuernos…”. El Juli se incorporó en su asiento para mirarnos las caras. Simpático y muy agradable este Gallardo, oiga.

La decepción de la jornada fue para Eladio y Miguel, ya que por motivos horarios no pudimos acercarnos a la ganadería de Juan Luis Fraile. Y ellos que ya lo habían contado…De nuevo en Sevilla y de nuevo al Góngora, pero al de detrás de la Plaza Nueva. Más jamoncito bueno, cazón, pescaítos, …

l día 26 iniciamos un duro día. Viaje de Sevilla a Huelva para llegar a primera hora a Concha y Sierra. Allí vimos, nada más entrar, a “Rastrillo”, el famoso 58 sardo. Precioso, con los pitones machacados. ¡Qué pena!. Era de gran ovación de salida. Esperamos a José Luis un ratillo. Llegó el hombre, y nos lo volvió a enseñar de cerca. ¡Más pena todavía!. Vimos después a “Soplista”, el 17, cárdeno oscuro bragado, acapachado de cuerna, que es el que si no hay más desgracias, vendrá a la concurso. No es lo mismo, ni de lejos, pero tampoco vimos nada más que valiese. Ahí tenían una corrida para lidiar el 5 ó 6 de abril, que estuvo en la Feria del Toro. Nos estuvo contando José Luis todos los preparativos para llevar esos toros a la Feria del Toro, y cómo los tuvieron previamente estabulados en el ruedo de la plaza de tientas, y llegaron incluso a darles de comer en la mano. Lo pudimos ver en el digital plus, al comienzo de la Feria de Abril.

A media mañana fuimos a Trigueros, a la finca de Cuadri. Fernando, en su habitual despiste, no había avisado a José Escobar, el mayoral, pero no hubo ningún problema para subirnos a un pequeño remolque e ir a ver el ganado. Primero vimos, por supuesto, e “Mediador”, el 33, que es el de la concurso. Buen toro, hondo, serio, cuajado, musculado y brillante, muy en tipo de la casa. Vimos después la corrida de Huesca, la de Valverde y la de Sevilla, muy bonita. Nos apuntó el 11, pero falló no sólo ese, sino toda la corrida. ¡Qué pena!.

Fuimos a comer a San Juan del Puerto. Más guarradas: tripas tipo madejas, pero más chiquititas, como las gordillas de Arnedo, en tomate. ¡Bien!. Luego, nada más comer, a La Ruiza, a casa de Tomás Prieto de La Cal y mamá, doña Mercedes Picón, marquesa viuda de Seoane. Mamá estaba un poco pachuchilla. Pero ahí apareció, con su traje torero, a ver con nosotros el ganado. Lo primero, los toros. Allí vimos nuestro 64, “Farolero”, y el 59, sustituto caso de ser necesario. Vimos el famoso melocotón, el 8, al que afeaba su cornamenta algo bizca. El nuestro me gusta mucho más que en las fotos. El toro es serio, sin exageraciones, muy en tipo, muy musculado, con mucha plaza por su capa y aspecto, y con un trote chulesco, gallardo. Vimos otros buenos toros, los más grandes y cornalones para Ceret: el 44, más grande y más basto, hijo de la 333, el 2, el 67, el 23, el 25 algo bizco. Bonito también el 9, que irá a la corrida-concurso de Vic.

Después pasamos a ver la novillada de Zaragoza. Bien hecha, en tipo, comodita, y con muy variadas capas: dos colorados (43 y 51), uno berrendo (el 42, que es el que a mí más me gusta), tres jaboneros (37, 17 y 26) y dos negros (2 y 18). De estos otros, quitando seguramente el 2 y uno de los jaboneros (17 ó 26) saldrá la novillada. Hay tres novillos del semental berrendo que ya murió: los números 43, 26 y 18. El 51 es hijo de “Constantino”, un toro indultado que también murió ya. Los novillos 2 y 51 también son del mismo semental. Luego pasamos a ver los distintos lotes de vacas, con un semental berrendo en jabonero, el 42, la vaca 521, madre de un berrendo en colorao (una capa casi inédita), y vimos un becerrito jabonero cariblanco, hijo de una vaca jabonera clara. Allí estaba otro semental, el 12, jabonero, con un lote de 30 vacas. Luego vino un asombroso recorrido a la casa-palacio de la familia. Im-precionante. Miles de recuerdos, trofeos, fotografías, presidían las espectaculares estancias, junto a enormes alfombras, sillones, chimeneas, cabezas de toros,… Y después de un vistazo general, destacando las innumerables fotos, alegorías y discursos enmarcados del generalísimo, echamos un agradable café con pastas en la vajilla del Neandertal, retrocediendo muchos, muchos años, mientras el servicio, adecuadamente uniformado, con guantes y reverencias, estuvo en todo momento pendiente de nosotros. Muchos cotilleos, anécdotas caballerescas de la más alta nobleza, críticas a usurpadores y recién llegados, incluyendo la lectura del sarcástico poema al respecto que Agustín de Foxá le regaló a la marquesa al respecto. Y cuando la tarde empezaba a caer sobre la dehesa, vuelta al coche, para pegarnos otra buena panzada de kilómetros hasta Mérida, pasando por Sevilla.

Por el camino, cachondeo entre los dos coches. Llamé a los aviadores y les dije que Adolfo acababa de llamar a Emilio para cambiar su día y que había que cambiar el día de los Palha de Portugal, que llame él a Antonio y cambie el día, que yo iba a llamar a Zorita para cambiarlo con Folque. Después de unos minutos, nueva llamada, para decirles que ya está solucionado con Folque. Ellos me dijeron que también lo habían solucionado con Antonio. Y entonces yo les dije que ahora había que cambiar la hora, y que a lo de Antonio iríamos por la tarde, que le cambiábamos la comida por una merienda. Al final, después de mucho tocar las pelotas, resulta que a Antonio le había mordido un perro y no sé qué inventos más. Risas y más risas.

Llegamos a Mérida y después de la duchita que nos dejó nuevos, al garito de enfrente a echar unos bocadillitos y un par de copas con guiñote incluido. Otra vez las mil.

El día 27 tocó el día del tío Adolfo. Primero fuimos a “Los Alijares”, donde ya estaba el hombre esperándonos en la puerta. Emilio se subió con el tío en su furgoneta y le enseñó un toro de los que tiene fijos, de no ocurrir desgracias, para Zaragoza: un tal “Mulillero”, número 50, hijo del mismo padre y madre (la 44 “Mulillera”) que el famoso de Madrid. Después de llegar al comedor, nos enseñó la reforma que está haciendo de la antigua casa, para olvidarse de una vez de hoteles y poder pasar más tiempo en la finca con la familia. Va a quedar cojonuda.

Enseguida nos montamos en los vehículos y nos fuimos a ver la camada. Nos comentó Adolfo que este año tenía previstas novilladas para Arganda, Galapagar y Villaseca de la Sagra. Vimos un buen toro 16 que se había quedado cojo. Una pena. Enseguida vimos otro posible para Zaragoza: “Murciano”. Su reata, inmejorable, ya que es hijo del 33 de Madrid y hermano del toro de Robleño en Guadalajara que vimos el año pasado. Le falta remate (kilos) que si todo va normal estará perfecto para octubre. Y ahí estaba también la 44, “Mulillera”, casi un mito ya de la ganadería. Y una buena vaca hija de ésta 44, marcada con el 60, y madre del que mató “El Juli” en Zaragoza, el 11 de octubre de 2003. Enseguida vimos el 48, cárdeno claro, con menos kilos pero más cara, cinqueño, cuya lidia está prevista en La Muela. Y pasamos a ver los dos toros seleccionados para la concurso. Primero vimos el 97, cinqueño, rematado de kilos (unos 570 kilos, según nos dijo a ojo Adolfo), pero más pobre de cara. Toro de muy buena reata, que estuvo aprobado en Madrid en la feria de Otoño. Hijo del “Baratero”, su nombre es “Pastelero”. Enseguida vimos el otro, el 38, de nombre nada más y nada menos que “Malagueño”, de esa reata, también cinqueño, con cara, serio, pero más terciado (unos 480-490 kilos podría dar). Iniciamos un debate. Adolfo no se decantaba por ninguno de los dos, ya que nos aseguraba que tan bueno puede ser uno como el otro, ya que los dos son de muy buenas reatas, de lo mejor de la casa. Partiendo de esa premisa y de que él nos pidió que eligiésemos nosotros lo que más nos gustaba para Zaragoza, nos decantamos por unanimidad absoluta por el segundo, priorizando el tipo y la cara sobre los kilos. Además, los de menos kilos son los que finalmente suelen ser mejores en este encaste. Así que, una vez elegido y convencidos, continuamos el recorrido.

En ese mismo cercado, vimos un precioso “Baratero”, previsto para lidiar en Madrid. Muchos toros buenos y preciosos. Por allí un 34 espectacular. Adolfo nos dijo textualmente: “Yo tengo el compromiso de Zaragoza con vosotros y os digo que no os preocupéis, que a Zaragoza va a ir una corrida pareja a las de Madrid”. Enseguida nos enseñó un 83, negro, con cara, que también podría entrar en la corrida de El Pilar (me refiero a la feria del Pilar, no a la corrida de Moisés Fraile, por supuesto). Por todos los lados veíamos toros buenos: el 74, un 37 cárdeno con fundas muy serio, un 42, “Murciano” que era todo un tío y que irá posiblemente o a la Feria de Otoño a Madrid o a Zaragoza. Nos comentó que le resulta más fácil hablar con Florito de dos corridas para Madrid que de una, ya que para una debe guardar 10 toros, y para dos basta con 15 ó 16 toros, y así le quedan libres más toros. Otros dos toros buenos: el 2 y el 17. Estuvimos hablando de las fundas, y nos contó Adolfo que hacía poco que un “Madroño”, hermano del que Zotoluco lidió en Madrid, se les murió al dormirlo para ponerle las fundas. Ahí apareció otro pedazo de toro: el 4. Nos dijo Adolfo: “Cuando a mí me han dejado hacer la corrida, siempre ha salido buena, porque te responsabiliza mucho más”. Vimos después un 22, llamado “Curioso”, más justito, que según nos dijo Adolfo era un toro muy bueno que apuntaba mucho, pero que se había quedado parado en su desarrollo. De nuevo vimos al “Murciano” y a “Mulillero”, y un 40, enfundado, que también encajaría perfectamente para Zaragoza. Un 47 era muy bonito aun sin ser muy aparatoso. También le gustaba a Adolfo y nos dijo que podría ir a Madrid. Vimos un 112 bueno, y un 66 más recogido, que le gustaría dejarlo para Sevilla si fuese el 2009. Otro precioso apuntado para Zaragoza: el 7.

Después nos enseñó todos los toros reseñados para La Muela. Bonitos y espectaculares para allí. Se lidiará el 7 de junio por Pepín Liria, Jesús Millán y Antonio Ferrera. Adolfo tiene especial confianza en uno zurdo, hijo del “Baratero”. También en otro cárdeno claro, más engatillado de cuerna, que es el único cuatreño y tiene menos cara. Otros para allí son el 106, el 59 y el 75, éste último negro, todo un tío y con kilos, muy rematado. Allí paró el motor del coche y se explayó el hombre. Nos contó las gestiones que hizo para formar el cartel, con todo lujo de detalles y cifras, y lo que ocurrió en cada caso. Hablamos de José Tomás, y su posible entrada en Madrid, cómo y con qué, que coincide totalmente con lo que finalmente ha ocurrido. Hablamos de cómo se gestó su corrida de Madrid con Talavante, de que no quería enseñarle la corrida a Corbacho (no le agrada, por su experiencia personal, los experimentos de las figuras con su hierro), y que al final medió Florito y la vio, del empeño personal –desde hace ya varios años- del propio Talavante por matar una de Adolfo en Madrid, y de cómo estando Adolfo en Valladolid recibió la llamada de Corbacho para darle “una mala noticia: matamos la corrida”.

Hablamos mucho de Tomás, un torero que a pesar de los recelos por lo que pasó en Madrid con él en medio, y de su prepotencia, admira y está convencido de que es una leyenda, que se pone donde no se pone nadie, y que si finalmente va a Madrid y le embiste un toro comercial, revienta Las Ventas. “Un tío que se pone ahí y te emociona. Es punto y aparte de todo lo que yo he visto. Le faltan recursos pero tiene un valor innato, de locura. En Madrid, si le sale un toro, no se asusta, éste la lía gorda”.

Hablamos también de lo de Javier Buendía, de la pena que era todo eso, y de los que están detrás de la historia. Y después nos enseñó la camada de utreros, que apunta tan alto o más que la de este año. Novillos preciosos, vacas espectaculares. ¡Joder!. Y como ya era tarde, tras muchos más cotilleos, dimes y diretes, y una pequeña disertación en el comedor, nos fuimos a comer. Pasamos primero por el hotel de Miajadas para dejar los equipajes y nos encontramos con que no tenían plazas. Nosotros presentamos nuestra confirmación de reserva y la recepcionista se puso blanca. Al final, todo era una confusión del nombre de la reserva, pero casi nos toca dormir en el sofá del hall de entrada y por turnos. De allí, nos acercamos al restaurante, donde comimos con Adolfo y Adolfito, siendo los cafés el momento en que vimos todas las fotos de los días anteriores en el portátil de Eladio e intercambiando opiniones variopintas entre todos los presentes. Después, en una mesita de afuera, siguió la tertulia mucho rato, y hablamos de casi todo. Cotilleos de todo tipo, que eso le gusta mucho al hombre (y a mí). Le pedimos consejo para, ya que habíamos adelantado un día de las ganaderías previstas, nos aconsejase alguna otra ganadería para ver por la zona. Nos aconsejó la de José Luis Marca, pero la idea no tuvo aceptación. Ya de broma, entre risas, y mandándole callar en alguna ocasión, como “empresa” le dije que el toro de la concurso se le abonaría conjuntamente con la corrida de la feria en octubre, eso sí, probablemente antes que el de la concurso de Ariza del año pasado. El ineludible compromiso que Adolfo había adquirido con una peña de Palencia, le obligaron a levantar la mesa a media tarde, muy a su pesar, y al nuestro, por supuesto. Nos dijo Adolfo: “Con lo bien que me lo estoy pasando, ya me fastidia tenerme que ir. Mira que podíamos haber estado toda la tarde juntos hablando, y cenar juntos, y todo, y me tengo que ir”. Cuando el hombre se enteró de que nos habíamos adelantado en el pago, espetó: “¿Pero estáis gilipollas, o qué?”.

Aprovechamos para acercarnos hasta Escurial para comprar unas paletas, jamones, chorizos y demás viandas de bellota. Ante la falta de ideas para ver alguna otra ganadería cercana de nuestro gusto, decidimos adelantar al sábado el regreso y así poder descansar el domingo y darle una alegría a mi santa. Y después de unas cañitas en el hotel, una cena pantagruélica con exquisiteces de la tierra, con un jamón de lujo, y una torta del Casar preparada por el chef para chuparse los dedos. El solomillo de venado en salsita, superior. Y luego, copas y a darle al guiñote.

El 28 nos tocó de nuevo panzada de coche, desde Miajadas hasta Lisboa. Para desgracia nuestra, un incendio de un camión nos tuvo más de media hora totalmente parados en la autovía. Cuando llegamos a Palha-Folque, sólo estaba el hijo del mayoral, ya que su padre y Joao estaban ya en Sevilla desembarcando la corrida del día siguiente. No nos entendíamos (yo creía que el portugués era entendible, pero ni ostias), y encima el tipo decía no saber nada y que no nos enseñaba el toro. Llamé a Zorita para solucionarlo pero Tinín debía estar durmiendo la moña y tenía el móvil apagado. El chaval llamó a su padre y tras nueva llamada para obtener el permiso directamente de Joao Folque, nos subió al coche y nos enseñó el 240, que nos dijo que era de procedencia Ibán, cortito, bajo, musculado y con poca cara. A mí no me hizo especial ilusión el toro, la verdad. Luego nos llevó a otra zona donde había dos toros. Uno de ellos me gustó bastante, pero el que nos quería enseñar era precisamente el otro, el 115, que quedaba como reserva por si se lastimase el 240. Más abierto de cuerna, tampoco nada del otro mundo. Le pregunté por el otro, pero se hacía el tonto diciéndome que ese no era, que era el 115. Volví a preguntar y salió por peteneras. Y al preguntarle el número, me dijo el primero que se le ocurrió. Al ver después que era el 209 y decirle que no era el número que me había dicho, e insistir con el toro, acabó confesando que ese era para San Isidro. ¡Ya me había gustado a mí, no te jode!. Y sin más explicaciones ni enseñarnos nada más, nos largó. Tomo nota.

Antes de comer pasamos a la finca de Pereira Palha. Allí estaba ya esperándonos Antonio, el hijo de don Fernando. Nos llevó primero a la otra finca, un poco más adelante, donde tiene ahora la vacas. Se trata de una finca de pinos, de unas 200 Ha, propiedad del Gobierno Portugués. Le pregunté por el camino por los toros de cortes para El Pilar, y me dijo que sólo tenía cinco toros y los tenía ya todos vendidos, que este año no podría llevar los toros para cortes como estos últimos años. Al entrar donde las vacas, todas estaban escondidas. Nos dijo que al tocar el pito, las vacas saldrían pensando que les llevaba comida. Y les pasó eso, como a los perros de Pavlov, que salieron las pobres babeando. Al preguntarle por la alimentación, nos dijo que estaban a base de heno y pienso. En total, 85 vacas variopintas.

Ya de vuelta para ver los toros y novillos, nos contó las aventuras y particiones familiares, que partían de una enorme finca de 5.000 Ha de Palha Blanco, que tenía 550 vacas de vientre. A base de escisiones por herencias, Fernando Pereira Palha tiene actualmente 250 Ha. Este año han herrado 45 becerros. De lo que actualmente tiene el hierro originario de la P con la crucecita encima, hay tres partes: Folque para los toros bravos, Antonio para toros de carne y Fernando para los caballos.

Vimos los 5 toros que tiene este año, de los que dos irán a la Vall d´Uixó, uno melocotón para Massamagrell, y los dos toros restantes se quedarán en Portugal, uno para un concurso y otro para una exhibición.

Por último, vimos los 24 novillos de colorines, de los cuales podría salir la primera corrida completa que lidie esta ganadería en España el año próximo, quizá en Cenicientos. Y después del paseo por Auschwitz, fuimos a comer un arroz caldoso con marisco como para una boda. Por la tarde, nos fuimos ya para Lisboa y tras tomar posesión del hotel y la duchita de rigor, nos fuimos de paseo por Lisboa La Nuit, a cenar pescado (doradas, sardinas, etc a la brasa) curiosamente todos menos Félix, que volvió a “acertar” pidiendo el jamón más malo que he probado en mi vida. Fuimos después de cenar a la calle más popular de copeo de Lisboa. Nos asaltaron con el hachís, la maría, pastillas de colores y coca, surtido para todos los gustos, y algunos optamos visto el ambiente y el cansancio acumulado, por coger el metro y volver al hotel para probar allí el gintonic portugués (demasiado descafeinado) en los sillones del bar del hotel. Y a la cama reventados.

La vuelta se hizo llevadera, para estar hablando de 1.000 kilómetros de nada. Volvimos a entrar en Miajadas para comprar cachuela, lomo de bellota, chorizos de esos negros, y tortas del Casar. Y casi en Talavera, comimos en un autoservicio a pie de carretera, que no estuvo mal. De nuevo parada en Guadalajara, para que Eladio recuperase su coche y se fuese ya rumbo a Valencia, y una última parada para echar una coca-cola y un pis, y casi sin enterarnos, de nuevo en casa.

Todo tiene su final, pero queda el recuerdo de un viaje divertido, muchos toros, muchas risas, muchos tragos, buenas comidas, y sobre todo, amistad y buen ambiente. Hemos disfrutado unos amigos de lo que más nos gusta. Hemos vivido ratos inolvidables, muchos de ellos inenarrables en este tocho. Nos quedan en la cabeza y en el corazón. Ojalá podamos repetirlo muchas veces."







1 comentario:

EL CABALLERO NEGRO dijo...

Al anonimo del enlace con feria TV. que no se atreve ni a firmar con un nick, este post esta dedicado a las barbaridades e insultos que escribio Polo en su momento sobre las Sras. y Srtas. de Gelsa con el parabien del marido de uno de ellas.

Si pones el comentario en el post que corresponde me rebajare a publicartelo y a responderlo cumplidamente.

No sabes ni donde debes escribir totin, aflojate el cachirulo que lo llevas "tan preto" que no te llega suficiente sangre al cabezón.