sábado 25 de octubre de 2008
Manolete sigue muriendo
El periodismo es fascinante y los reportajes de investigación (sic) continúan dejándonos boquiabiertos. Como prueba traigo a Toroprensa.com una información (sic) que acabo de encontrar en un periódico mexicano llamado La Vanguardia y en la que especula sobre la muerte de Manuel Rodríguez Manolete.
La muerte de Manolete Se cree que la muerte de Manuel Rodríguez Manolete fue un asesinato político llevado a cabo durante el franquismo
13-Octubre-2008 (11:17 a.m.) México, D.F. .- ¿Manuel Rodríguez Manolete fue asesinado en Linares por el régimen franquista, mediante aquellos que insistieron en que le aplicaran una transfusión de plasma contaminado, para impedir que se casara en artículo mortis con su amante, Lupe Sino? ¿Su deceso en el hospital de los Marqueses de Linares impidió que su fortuna quedara en manos de una extraña al panal de avispas que le sacaba carretadas de dinero? Si lo anterior podría ser la base de un culebrón, la hipótesis del crimen político tampoco hay que descartarla. En 1947, Manolete era el máximo ídolo de España, pero su genio no se ceñía a la lóbrega moralina de la derecha ultracatólica gobernante. Era un artista de mentalidad abierta, que vivía en amasiato con una actriz de ideas republicanas y conocía Cuba, México, Perú, Venezuela y Colombia. Tenía mundo, era querido y no resultaba fácil de manejar. En cambio, una vez muerto, el fascismo lo convirtió en un mocho de sacristía y escapulario, lo canonizó como santo laico y le colgó milagros espantosos como aquel que aseguraba, por ejemplo, que “se entrenaba matando comunistas con la espada de descabellar”. Una estampa de época: el 2 de julio de 1939, Manolete tomó la alternativa en Sevillas. Su padrino, Manuel Jiménez Chicuelo, creador de la chicuelina, le entregó el estoque y la muleta para conferirle simbólicamente el título de matador. En el ruedo lo aguardaba una res de Clemente Tassara, a la que su propietario había dado el nombre de Comunista. Diversos testimonios, vigentes en Internet, coinciden en que al saber que ese animal formaría parte de su lote, el diestro pidió que lo llamaran de otro modo. La bestia, por lo tanto, pasó a la historia –y se fue al destazadero sin las dos orejas– con el nombre de Mirador. Pero si de Manolete se ha escrito prácticamente todo, lo que en el fondo no es cierto, su célebre novia, Antoñita Bronchalo Lopesino, alias Lupe Sino, es todavía un misterio, un fascinante misterio. La periodista Carmen Esteban publicó hace dos años un libro biográfico acerca de esta mujer, titulado Lupe, el sino de Manolete, en el que recoge los aspectos más conocidos de su vida. Su infancia en un pueblo cercano a Madrid, su inteligencia, su inquietante belleza, sus inicios como dama de alterne en el bar de Chicote y, desde luego, su relación con el torero, marcada por una pasión tan intensa como mutua, rodeada de zozobras y aventuras, y condimentada con whisky y cocaína a granel. Que Lupe convirtió a Manolete en alcohólico y drogadicto es algo que el franquismo se ha esmerado en propalar, como coartada para borrar la imagen de esta mujer de la fotografía oficial del artista. A causa de tales maniobras, de Lupe Sino se sabe poco. Por ejemplo, que tras la muerte de Manolete quedó como apestada en España y vino a México, en donde había estado en dos ocasiones y contaba con amigos. Es un hecho que aquí, paradojas de la vida, se casó con un abogado mexicano llamado Manuel Rodríguez, como El Monstruo de Córdoba. El matrimonio, aseguran las escasas fuentes disponibles, se disolvió pronto y le dio a Antoñita el impulso que necesitaba para regresar a su península. (La imagen que ilustra este post es obra de Soledad Guzmán González).
Escrito por Pablo G. Mancha en Logroño, a las 11:33 AM
Interesantisimo todo lo que se publica y valdria la pena que salieran opiniones al respecto.
FELICIDADES A PABLO G. MANCHA POR SU PUBLICACION
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
33 años se cumpliran oficialmente este 20 de Noviembre de la muerte del caudillo. Después de 33 años siguen echando la culpa de lo que pasa a ese señor gallego de baja estatura. Ahora resulta que también mato a Manolete. yo no digo que no, pero también decia mi abuela, que demasiado bueno fue que no tenía que haber dejado ni cria.
La realidad es que muchos hijos de falangistas y gente que vivierón menos mal que el resto de los españoles durante el mandato del generalisimo, cuando murio Franco, se apuntarón al Psoe o a un sindicato, para vivir de la transición no demócratica ideada por el regimen y aceptada por tipos tan poco creibles y cobardes como Carrillo. Una merienda de negros que trajo consigo la mentira de la constitución del 1978, que trajo consigo la España de las autonomias y el desigual sistema, que hace que un andaluz no tenga las mismas oportunidades y servicios que un catalan por ejemplo. O que el voto de un vasco tenga más representación parlamentaria que el del extremeño.
Algo que tenían que haber echo nada más enterrar a Franco, que es haber desenterrado a los muertos y haberles dado sepultura, haber juzgado a los asesinos, haber echo justicia. 33 años después un tio que cobra por ser juez, quiere hacer lo que no tuvierón cojones cuando tocaba. Que desentierren también el cadaver de Manolete y lo paseen con el de Lorca. La democracia de este país sigue siendo una chapuza y los que nos representan cada vez más mediócres. No se respeta la separación de poderes. Es un demócracia ficticia.
Aunque yo creo que Manolete está todavía vivo en una pariadisiaca isla del caribe, disfrutando de una vida tranquila con su amor Lupe Sino y por las noches bebiendo ron mientras escuchan en directo a Elvis Presley y mientras pasean por la playa, aún recuerdan a ese viejo pintor austriaco que pintaba bonitos paisajes en la bahía, amante de los perro y cariñoso con los niños.
Publicar un comentario