viernes, octubre 16, 2009

EL BAÚL DE LA CONDESA

Si alguien le ha sacudido a Antonio Bañuelos en su faceta de ganadero de bravo, época nefasta del perritoro, esa ha sido servidora.
Pero servidora tenía noticias de dos corridas de toros que ha echado últimamente el criador de Burgos, de chapó, y además servidora se siente muy feliz cuando los hechos le dan la oportunidad de levantarle el palo a cualquiera -en lo profesional- y lo que más le gusta a servidora es congratularse con un semejante por la labor bien hecha.
Señor Bañuelos: si usted perseverara y siguiera trabajando por esa línea, se haría usted el nuevo amo del mercado con el orgullo que eso supone y nosotros nos alegraríamos mucho y le estaríamos eternamente agradecidos. Medios le sobran, adelante pues, suerte, y reciba mi más cordial enhorabuena por la corrida de toros lidiada hoy con su hierro en la plaza de Zaragoza.

Manso el primer toro de la tarde, serio, regordíó, le sobraban setenta kilos, descompuesto de embestida en la muleta debido a que su matador lo ahogó al no darle la distancia que pedía el toro, con genio, un toro de cinco series de toreo clásico y reunido y pare usted de contar, una de adorno final con la espada de verdad en mano, volapíe que te crío y a empezar en Valencia el año que viene en plan mandón la temporada.
Manso así mismo el cuarto con el que también pechó José Luis Moreno, torero en el que algunos tenemos puesta nuestra confianza y al que se atrevería una a corregir un defectillo que tiene muy fácil corrección y a tiempo se está está: ese gritito al citar, amplificado en una plaza cubierta como es la de la Misericordia, que tanto afea el trastero, chsss, torero, que no se le vaya el miedo por voz y piense usted que no está en un tentadero.
No me ha gustado José Luis Moreno muy por debajo de su lote, aunque se le espera por si le diera un día la gana de ponerle ambición a la vida, pegarle un 'bocao' a esto y comprarse media docena de cortijos en su Córdoba natal.

Cuando rodó el segundo, la corrida comenzó a ser un espectáculo inquietante por el inesperado comportamiento de un toro de bandera, sorpresa para muchos que no para todos, el que en un festejo con ganado suplente propiedad de un ganadero con fama de criar la burra, saltara un animal de semejante categoría. Así que tras la lidia y muerte de "Acelerado", con un público conmocionado, a Diego Urdiales le salió otro enano de tercero, pero ¡madre mía con el enano, que hechuras de embestir portaba!
Devuelto precipitadamente por el presidente y aquí coincido con todo el mundo pues el toro, que hizo cosas de bravo de salida, lo más seguro es que se hubiera recuperado de una especie de calambre que le atenazaba una pata. Además hay que tener en cuenta que un toro devuelto cambia el ritmo y la unidad de la corrida, en su perjuicio, aunque también es verdad que una prefiere un presidente que peque por exceso que por defecto. En lugar de este toro tercero, primero de Diego Urdiales, que al igual que José Luis Moreno me decepcionó y eso que al riojano lo tengo puesto en un altar, se hizo presente un armario de Palla, el cual, aunque durante la faena de muleta resultó descastado y huidizo, cuando lo picaron dio muestras de bravura, de llevar algo dentro, justo cuando caído debajo del peto, arrumbado y vencido, el animalito desde el suelo le metio la cabeza al penco y con el cuello casi casi romanea y hecha la acorazada a tierra.
En el último de la tarde, precioso, sexto de lidia, del que dicen que estaba 'reparao' de la vista aunque yo creo que lo que le pasaba es que veía crecer la hierba, firme también el torero, me volvió a decepcionar Urdiales pues ya he dicho que espero mucho de él.

Lo mejor que ha hecho Antonio Ferrera en la tarde de hoy, virguerías en banderillas aparte que no me interesan nada, ha sido la lidia que le ha dado a sus dos toros en tiempos de toreros que torean en contra del toro por sistema. Ambos toros de su lote se picaron bien, con mesura, como debe ser aplicado el castigo. Sobre todo el quinto, con el que el torero extremeño se pasó de faena y atosigó en demasía, un flojo en toda regla que murió como bravo mirando al frente.
Y tatatachín... con ustedes "Acelerado", cirrido en segundo lugar, mi toro ideal, un renacuajo revoltoso con capacidad para mandar a su casa al que se ponga por delante. Quizás el toro más chico de lo que va de feria pero, amigo mío, pavoroso siempre se mirara por donde se mirara el toro, sobre todo si lo veías venir de frente y en tu dirección.
¿Qué, partidarios topicazos del zambombo de Miura?
Bajito "Acelerado", un mico de patas gordas abultadas por una madeja de pelo en cada una propia del territorio frío en el que se críó. Un zapato veloz irreprochablemente presentado, cornalón, negro, encastado, enrazado y bravo. Sí, bravo, pero bravo-bravo, y repito una cuantas de veces el término bravo ahora que parece que no se lleva la palabra y se evita decir por parte de los santones de la afición íntegra.
El toro fue bravo, bravísimo, un toro bravo de verdad y lo demostró -a mi manera de ver y una puede estar equivocada- cuando una vez picado, que salió manseando, se vino arriba como un tigre derrochando nobleza, cualidad fundamental que añadida a la casta distingue a los seres vivos con ganas de pelea, sea uno toro, persona o marqués.
Y no se comió "Acelerado" a Ferrera porque en las dos primera series de la faena de muleta el hombre se impuso a la fiera como diciendo aquí estoy yo, mucho cuidado, y aquí el que manda soy yo. Que no era fácil la decisión, pues si le duda de entrada no le da ni un pase a "Acelerado" ni Ferrera ni el que inventó el toreo, y ahí, señores, me quito el sombrero sea el que sea el que tenga la suficiente carga testicular para hacerlo.

LA CONDESA DE ESTRAZA

No hay comentarios: