domingo, noviembre 02, 2008

LA SUPLANTACION DE PERSONALIDADES EN LOS COMENTARIOS Y EN EL CONTENIDO DE LOS MISMOS




Muestra el talante cobarde y miserable de quienes practican tal forma de actuación mucho más repugnante que ampararse en el Anonimato.

Es una señal inequívoca de aceptar la culpabilidad de las diversas acusaciones que se hacen desde este blog y otros donde se llega al amparo del anonimato a poner en cuestión la moralidad de las personas.

Cuando no quedan argumentos en los que apoyarse, cuando no queda mas que bajar la cabeza e irse a casa, pues se recurren esto a suplantar y poner en boca de terceras personas lo que ellos no se atreven a decir, esto ya en si es delito, como los es acusar de puta a una persona, hasta el momento se estaba hablando de corrupción maniobras con fines económicos y manipulación de los aficionados dentro del mundo de los toros, ahora ya se lleva al terreno personal y al de la suplantación, se entra en una vía inmoral que además es delictiva, se apoyan en que tomar las medias oportunas al caso es costoso y en esta creencia esperan quedar en la inmunidad.

No estén tan tranquilos cada vez son mas los que se comunican no solo conmigo pasando informaciones, que guardo celosamente para cuando sea oportuno y cualquier día llegara la identidad de los suplantadores y de los anónimos que tendrán que responder de lo que han escrito.

Hay comentario que no aparecen porque es ensuciar las paginas, uno lo he puesto el ultimo del post EL VERDADERO OPSEN, solo para que quede constancia de la suplantación, pero todos absolutamente todos están guardados y en su momento cuando se produzca la mas mínima filtración, serán publicados y se procederá como corresponda.

Por otro lado demuestra que ya están derrotados que la leyenda final de post pronto no será necesaria, pues si ya han de recurrir a estos viles medios pocos recursos demuestran que les quedan, y mas con lo que todavía falta por publicar.

Además de sinvergüenzas demuestran no tener ni las mínima noción de ética ni de la moral, cualquiera que solo lea por curiosidad porque le gustan los toros vera que no puede hacer el mínimo caso de personajes que usan estos métodos, en fin como dice el refrán POR SUS ACTOS LOS CONOCEREIS

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Kalikatres, muchísimas gracias por alertarme, y mandarme documentación como muestra, acerca de la inmoralidad que supone el que determinados marrajos estén suplantando la personalidad de otros para escribir verdaderas barbaridades, entre los cuales me encuentro como damnificada.

En mi caso concreto yo sólo puedo desconfía de una persona como autora como autora o inductora de los hechos, pues una tiene por constumbre no meterse con nadie, excepto con el impresentable Pepecarlos, personaje del que me averguenzo profundisimamente y en este momento me dan arcadas únicamente con recordarlo.
Pobre hombre, tenerse que ver como se ve, qué hombre tan torpe, ¡cobarde!, tener que acarrear con sospechas semejantes. Vergonzo el que una mujer, yo, le acuse de carecer de la mínima hombría siquiera para defenderse como lo hacen los tíos.
Porque firmar por otro es lo más rastrero que nadie puede cometer, es una figura mucho más antipática entre la ciudadanía incluso que el chivato
-que también lo es su excelencia, por cierto-
y mucho más despreciable desde luego que el que agrede desde el anonimato.
Pues si éste pretende dañar sin que se conozca su identidad, el otro daña, queda así mismo en el anonimato, y pretende que las culpas recaigan en un inocente, exactamente en aquel al que suplanta.

Gracias de nuevo, Kalikatres, amigo, es usted un señor por mucho que algunos truhanes de mala muerte hayan intentado convencernos de todo lo contrario.

La condesa de Estraza

Anónimo dijo...

Kalikatres: perdone, acabo de poner un comentario, del tirón, y sin darme cuenta le he dado al botón de enviar sin corregir ni texto ni ortografía.
Lo advierto no ocurra que aparezca una ensalada de erratas y lo único que nos falta ahora precisamente es que aparezca el inquisidor Don Julián echándomelas en cara mi añorado y repulsivo mentorante, que me tiene muy olvidada últimamente para mi dicha plena.

La condesa de Estraza