Si consideran que Zaragoza, y esto si es cierto y evidente, a de ser plaza de segunda no la conviertan ellos por su cuenta sino que usen y ejecuten las vías legales que ellos especialmente y cualquier ciudadano tienen a su alcance, de los contrario provocan que se piense mal sobre su actuación.
Pero no acaba aquí la cosa, el reglamento dice claramente que cuando el toro esta en el ruedo nadie podrá moverse de su localidad, ni entrar ni salir de la plaza salvo caso de fuerza mayor, ni los vendedores pueden moverse un ápice de donde se encuentran a partir del momento que toro pisa la plaza, hasta que cae muerto o es retirado bien por devolución o bien por indulto.
Pues bien ayer en el sexto toro (el de la Jota) a Fernando Polo que entre sus muchas espureas funciones tiene la responsabilidad del área cultural no se le ocurrió otra cosa, (acorde con su escasa capacidad mental) que montar un tablado en el tendido y en cuanto salió el sexto toro poner en el a una pareja bailando la Jota, un numero musical en el tendido mientras el toro estaba en la plaza sin que nadie le hiciera caso ni reparara en el ni en su lidiador, pues estaban pendiente del espectáculo folclórico.
Que se sepa el Sr. Bentue no ha multado a la empresa, ni llamado la atención a la misma, por lo que en un futuro la plaza de Toros de La Misericordia se convertira en un tablado de teatro callejero y la corrida donde se juegan las vida dos animales uno racional y otro irracional pasara a un segundo plano, al margen de lo que dice este hecho del criterio del publico asistente.
Y lo mas grave que tal atentado al reglamento y la fiesta no solo lo toleran y promueven los presidentes, sino que es alabado en publico por lo cómplices del tándem Zorita/Polo, ¿hasta donde aguantara la DPZ los abusos y caprichos de sus protegidos Zorita/Polo?
Pero vamos a la corrida se anunciaban toros de la corrida triunfadora indiscutible del año pasado de D. Antonio Bañuelos, los mas inocentes tenían esperanzas depositadas en ello, los mas avezados tenían serias dudas pues los toros que cría D. Antonio Bañuelos por convencimiento y marketing no son los del año pasado, que si saltaron al ruedo era porque por sus hechuras imponentes y arboladuras no menos imponentes no los había podido vender y estaban a punto de cumplirle los 6 años en la dehesa y tener que lidiarlos en la calle o enviarlos al matadero, claro los avispados Zorita/Polo como hicieron este año con los novillos de Casasola no dudaron en comprarlo a precio carne y tenerlos a disposición para cualquier eventualidad que no fue otra que lidiarlos en corrida formal, salio un corridon de toros, de magnifica presentación, duros, con fuerza bravos y encastados, claro por esto estaban destinados para el matadero o la calle.
Este año D. Antonio Bañuelos ha traído una corrida que se ajusta a los parámetros de su ganadería, toros nacidos entre 03/06 y 04/06 no llegaban a los cuatro años y medio, muy pobres de presentación por su extrema poca altura, a duras penas levantaban tres palmos del suelo, aunque eso si se tapaban por la cara, los pesos anunciados por la tablilla y el marcador electrónico no hicieron mas que aumentar mis dudas sobre la fiabilidad de la bascula de la Plaza de Zaragoza, en caso que este en funcionamiento.
Además resultaron muy justos de fuerza, inválidos, mansos, descastados nobles hasta el extremo lo que les convertía en animales inofensivos mas cercanos a la raza canina que a la raza bovina del toro bravo de lidia, vamos un desastre toros que propiciaron un desastre de corrida.
Intervenían en ella los "diestros" Francisco Rivera Ordóñez, "Paquirri" se hace llamar últimamente para oprobio del su padre torero de una pieza, Jesús Millán un torero con largos años de alternativa que se retiraba de la profesión visto que todo lo hecho en ella era un absoluto fracaso, y el actor de circo el Fandi.
Rivera Ordóñez "Paquirri en sus dos toros dio un recital del antitoreo moderno con unas faena toda ellas basadas en las trampas, las ventajas y el desprecio más absoluto a la tauromaquia de toda la vida, única valida, Jesús Millán pues que se puede decir del muchacho que se marchaba, que demostró su completa inutilidad para esta profesión en sus dos enemigos, y el Fandi pues monto su habitual numero de circo de Feria ambulante de Pueblo, sin dar uno solo pase ni poner un par de banderillas que ameritaran llamarse así, una tarde y van.... soporífera y para olvidar.
Los tres estuvieron torpes y ventajistas con la espada donde abundaron los bajonazos
LA AFICION ACTUALDE ZARAGOZA GRACIAS A FERNANDO POLO, Y RESTO DE INDECENTES PERSONAJILLOS DE TRES AL CUARTO QUE NO DUDAN EN VENDER LO MAS SAGRADO PARA SACAR CUALQUIER BENEFICIO Y PALIAR EL TREMENDO COMPLEJO DE INFERIORIDAD QUE LES HACE ADICTOS A FIGURAR A QUE LES DIGAN DEL NOMBRE DEL PUERCO, QUE PENA GENTUZA ASI HAYA DESTRUIDO UNA AFICION, VEASE LA ALABANZA QUE HACE DAVID DIEZ DE TRISTE NUMERICO DE LA JOTA, SIN QUE NADIE LE LLEVE LA CONTRARIO, SI EL MAS ABSOLUTO PUEBLERISMO LLEVA LAS COSAS A ESTE EXTREMO.
EL BAÚL DE LA CONDESA
Nosotros... los aficionados (y II)
Nosotros, los aficionados, esa elite a la que algunos creen pertenecer, estamos haciendo el más completo de los ridículos en momentos tan decisivos para la Fiesta venidera. Entre viajes de Ministerio en Ministerio de los matadores de toros más representativos del escalafón, Congreso y Senado va y viene, Mesas y Plataformas variadas, por fin dicen que la Fiesta ha pasado a Cultura y ya está la afición conspicua metiendo la gamba como acostumbra.
Claro, y eso también es verdad, el sorprendente movimiento político y politizado está muy mal contado por una prensa zángana, así que el personal no se entera de nada -yo la primera y por eso ni pío- pero sin embargo la afición conspicua, digo, decía, sale opinando por los cerros de Úbeda sin cortarse un pelo. Incapacitada para analizar la novedad y las consecuencias que traerá consigo pues nadie duda de que nos encontramos ante una incógnita morrocotuda, va y se pone como loca diciendo gilipolleces cuando el asunto lo único que precisa es reflexión, y a esperar.
La negación absoluta ante cualquier novedad como comportamiento único, a lo loco, que mola mucho y uno parece más entendido si nos oponemos a todo, creando en la opinión publica desde los foros de la especialidad tal cacao mental, que los cuatro gatos que formamos esa masa amorfa de los aficionados, nosotros los, no nos podemos ni imaginar la confusión que estamos creando en la calle desde una frivolidad informativa que se va a volver contra nosotros y bastante chungo tenemos el futuro como para contribuir a que encima el personal deje cada día de entendernos aún un poco más.
Vergüenza tan grande me produce que hasta llego a ruborizarme, el despiadado tratamiento que se le está dando a Cayetano, torero al que como tal se le pueden poner todos los peros que se quieran y más, pero resulta repugnante para el lector que la afición conspicua, basada en su actividad como imagen de determinadas marcas comerciales exactamente igual que hacen las luminarias de otras actividades artísticas y deportivas, despelleje con tan mala baba a ese bellezón de hombre por razones ajenas a su profesión y del que la que firma se siente extraordinariamente bien representada por él en sociedad.
La afición conspicua, término vidaliano que usaba el repelente Opsen antes de su huída rilado, tiene al público de aluvión como gente de segunda y hasta se atreve a acusarlo del cachondeo en que se han convertido algunas plazas de toros, de primera varias, sin tener en cuenta que tiene más culpa la afición conspicua del desastre, que aquellos que se sientan en un tendido por casualidad sin entender ni papa de lo que sucede abajo.
Pero parece que ese público, al que deberíamos cuidar como oro en paño pues son potenciales aficionados, no es tan tonto como nosotros nos creemos y van en Zaragoza y llenan la plaza la tarde de la corrida de Núñez del Cuvillo para ver, mayormente a El Juli, y rehusa pasar por taquilla cuando anuncian al tal Fran Rivera, el inmaduro cuarentón que fue duque de Montoro, otro pisaverde que tal baila.
A mi manera de ver, nuestra primera labor antes de elucubrar con posibles catástrofes ministeriales, es tratar a este público de aluvión como maná caído del cielo y no vapulearlo desde los medios de comunicación tomándolo por bobo con el único fin de hacerse el que más y el que menos el chanador ante los demás mortales. Hasta el punto de que no estaría mal, y servidora cuando tiene ocasión lo practica pues servidora es una Madre Teresa de Calcuta de la Fiesta Nacional, de hacerle más entretenido aquel festejo en el que nos caigan codo con codo en nuestra localidad (yo pillaba de chavalita muchos puntos de los vecinos viejos) y a ser posible "venderle" la corrida con fantasía, intentando instruirlos si acaso se interesan sin conocimientos grandilocuentes por nuestra parte, con el único propósito de que vuelvan otra vez.
Ese público nos es necesario actualmente como el comer, estúpida afición conspicua, vamos a meter la guitarra en el costal y a no mirarnos tanto el ombligo bloguerillo. Ahora bien, todo lo que he dicho hasta aquí no vale de nada y pueden ustedes echarlo en el saco del olvido, si desde la planta carnívora de la televisión, ese tanatorio, no entienden o no quieren entender de una vez cual sería la beneficiosa y obligada retransmisión del espectáculo, que nos debe sobrevivir y algunos ya es que estamos a punto de coger la cachava, ejem, y entregársela a la generación siguiente al menos como la recibimos nosotros de nuestros padres, cuando no, mejorada.
¿Cómo el público, afición conspicua y otras cabañas bravas, no va a aplaudir un bajonazo?
Si es que el público, conspicuos míos, piensa que una estocada en los blandos es un estoconazo en la yema, pues el público en cuanto ve hundirse el estoque por completo dentro del toro caiga donde caiga, pega un salto mientras saca el pañuelo y se cree que ha visto a don Joaquín Rodríguez, Cagancho, ejecutar la suerte suprema mientras el gitano de los ojos verdes se traía al toro a la muerte dándole un muletazo con la izquierda hasta conseguir el encuentro.
Y el público piensa así con razón, pues, para empezar, desde todas y cada una de la emisoras que retransmiten corridas de toros, tapan la situación en la que ha caído la espada para que resulte válido el más infame puñalón. Hasta el punto que los diestros en su totalidad, chicos y grandes, han caído en la cuenta de semejante aberración que le viene de cine desde el poder de la pantalla para aliviarse y, pegando chalequeras, hemos llegado a un tiempo en el que aquí no mata ni uno como se debe de matar, dándose el caso que hasta en plazas como la de Madrid el espada de turno pone cara de preguntarse el por qué no habrá caído una oreja, despues de semejantes asesinatos.
Conclusión: dejen ustedes de criminalizar al público y apunten hacia los verdaderos culpables si tienen agallas, aficionados conspicuos, dando nombres como los damos otros, por ejemplo, Manolo Molés. Pues lo que estamos viendo y oyendo por el Plus no tiene perdón de Dios, profesional poderosííísimo del periodismo de la especialidad el de Castellón, al que la historia del toreo le pedirá cuentas pudiera ser que antes de lo que se piensa pues barrunto el monte a punto chamusquina.
1 comentario:
igual el vino, condesa, cada dia mejor!
un beso
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