La primera medida parece coherente una renovacion del Consejo Taurino Taurino, pero tiene que ser mas que palabras destinadas a calmar los ánimos y a esperar que las cosas se enfríen, debe llevarse a cabo de forma rápida y eligiendo aficionados y no personas vinculadas con la política y las clases aristocráticas o de la alta burguesía madrileña como ha venido siendo tradicional.
Pero también hay que escoger a los aficionados con lupa y dejar fuera a los corruptos que solo han estado buscando hacerse ver presionando de mil formas torticeras para que se cuente con ellos, para variar no voy a dar nombres porque están en la mente de todos.
Pero este solo es el principio el cambio es inevitable, no hay empresario que ofrezca garantias de seriedad en el orbe taurino, la prueba esta en que los distintos adjudicatarios de las Ventas han ido haciendo buenos a los anteriores que mientras disfrutaban de la gestión eran considerados nefastos.
Hay que recurrir a la autogestion, no de nombres, con un Consejo de Asuntos Taurinos competente honrado y serio, basta si cuenta con un gerente ejecutivo sujeto estrictamente a resultados y a control, bien pagado, pero siempre con la espada de Damocles en la cabeza a la menor actuación dudosa.
De lo contrario esto esta acabado, cualquier nueva concesión significaría el fin.
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