martes, enero 25, 2011

EL RABO DE LA SANTAMARIA

No esta tan lejos en el tiempo que las plazas de toros una vez concluida la faena, si esta habia sido del agrado del publico, parecian convertirse en un matadero o un destazadero, pues yo he visto entregar como trofeo dos orejas, rabo y hasta dos patas, no una dos, cosa sumamente desagradable ver amputar dos extremidades por habil que sea quien lo haga.

Era una cosa que no tenia sentido, porque de no haber detenido la moda o la costumbre pues probablemente se hubiera acabado entregando hasta las criadillas del toro y no se hubiera llegado a los intestinos por cuestiones de salubridad publica.

En su inicios en el toreo no existian los trofeos, al acabar su labor el matador si su actuacion habia sido del agrado del publico daba la vuelta al ruedo con el capote extendido para que sobre sobre el el publico lanzara monedas, pollos, conejos, cigarrillos y lo que creyera conveniente pues estos eran los emolumentos que recibia por su labor.

Luego ya aparecieron las dotaciones reales o municipales por lo que el torero no dependia economicamente de lo que recolectaba en la vuelta al ruedo, y se instauro el premio de una oreja, que en ningun caso era un trofeo, la concesion de la oreja representaba que en premio a su buena labor se le entrega en propiedad el cuerpo del toro que acaba de lidiar para que se alimentara con
con la carne del mismo o lo vendiera y se quedara con el dinero obtenido, la oreja no nacio como trofeo sino como simbolo de la concesion de la propiedad del toro muerto.

La sociedad evoluciono y con la evolucion perdieron sentido las donaciones reales o municipales, pues aparecieron los empresarios y empezaron a pactarse las remuneraciones, perdiendo entonces sentido el premio que no trofeo de la concesion del toro, en este momento la oreja se convirtio en un trofeo, el único que se concedia y por lo tanto era muy caras de conseguir, pero se conseguian y claro aparecio el agravio comparativo, ayer a fulanito por la faena le dieron la oreja y hoy por una faena inferior le han dado tambien una oreja a Zutanito, aparecio la segunda oreja, pero el sentimiento de agravio comparativo persistio y aparecio el rabo, y despues la pata y hasta las dos patas.

En este momento se puso freno y se reglamentaron los trofeos, la primera oreja era y es potestad del publico, si hay petición el presidente debe concederla sin rechistar, la segunda oreja es ha criterio y juicio exclusivo del presidente, pero esta claramente reglamentado las condiciones que se tienen que dar para concederla, aunque no se cumplen, porque estas condiciones exigen una faena completa desde que sale el toro por toriles hasta que cae definitivamente, con las exigencias que marca el reglamento si se cumplieran muy pocas segundas orejas se concederian en una temporada, pero como se incumple de forma generalizada son muchas las que se otorgan, por esto se contemplo la posibilidad de dar el rabo a como trofeo a faenas realmente excepcionales, a una faena perfecta y por ello muy dificil de ver, por eso desde la reglamentación clara de trofeos, en las plazas serias y de prestigio se conceden poquisimos rabos, en las Ventas no se habia concedido uno desde el concedido a Vicente Pastor y paso mas de medio siglo hasta que se concedio el de Palomo Linares, rabo que llevo consigo un gran escandalo y destitucion fulminante del presidente que lo otorgo.

Este domingo en Bogota se ha otorgado el primer rabo despues del concedido en el año 1.956 a Damaso Gomez, rabo que fue acompañado por una pata porque en el 56 todavia no estaban reglamentados los trofeos, romper esta seriedad, nivel de exigencia, y la categoria e importancia que conlleva es algo muy serio, tan serio que de de imponerse la relajacion en el criterio se va a volver a llegar a la concesión de patas y hasta de criadillas, lo mismo que ha ocurrido con los indultos en las plazas Americanas y ya esta ocurriendo en las plazas de segunda y tercera españolas y alguna de primera donde se indultan verdaderos borregos.

Y devolver esta practica y generalizase sera un elemento mas que importantisimo para la degeneración de la corrida, degeneracion que buscan desde hace mucho tiempo los que viven y son profesionales de ella, los llamados taurinos.

Esto al margen que para mayor abundamiento el historico rabo de Bogota se concedio a un rejoneador.

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